Club Ciclista Grotesco: Grotescos por la Jarosa

Tras leer la estupenda crónica de nuestro amigo blogero jfdelafuente, decidimos que la mejor manera de despedirnos de las vacaciones veraniegas era visitar los pinares de la Zona de La Jarosa. Por una vez, y sin que sirva de precedente, la convocatoria tuvo éxito y nos presentamos en el punto de inicio de la ruta la friolera de 14 Grotescos, a destacar la presencia de varios que se estrenaban: Josué y su amiga María (que aun no es Grotesca), Zaca, un amigo de Charlie de cuyo nombre no puedo acordarme y Ángel, que sin saberlo fue el culpable de esta quedada masiv:

Bien, el punto de quedada fue la localidad de Guadarrama, donde estuvimos puntuales unos más (Sandra), y otros menos (Julio), entre las 9.15 y 10…

Tras las presentaciones de rigor comenzamos la ruta a un ritmo muy alegre charlando unos con otros, hasta que rápidamente se dividió el grupo entre los más pros y los más grotescos.

La primera parte de la ruta sin duda la más dura, ya que consiste en una subida continuada de unos 8 kilómetros, de los cuales recomiendo saltarse los dos primeros que transcurren por Guadarrama, y aparcar directamente en los aledaños del embalse. Hay sitio para dejar los coches y te evitas una subida que, pese a corta, es bastante pestosa. Bien, nada más llegar al embalse, se toma un desvío a mano derecha y se atraviesa una cancela típica de la Sierra, y ahí es donde comienzan las rampas más complicadas de la ruta. Se abandona el asfalto para empezar una pista en buen estado, que en continuo ascenso va ganando altitud poco a poco.

A mitad de la subida se produjo el reagrupamiento en el cual los pros aprovecharon la espera para divagar de lo humano y lo divino en una de las típicas charlas filosóficas que acompañan cualquier salida del club.

Así poco a poco conseguimos coronar la ascensión, llegando a una fuente de agua donde rellenamos camelbaks.

Lo más bonito del ascenso era poder pararte en alguno de los excelentes miradores que caracterizan la ruta desde los cuales se pueden contemplar unas panorámicas de la sierra alucinantes.

Del descenso, la verdad que salvo el pinchazo de Josué poco que decir, una bajada muy rápida por una pista semiasfaltada que nos lleva directamente de vuelta al embalse de La Jarosa.

De este tramo lo que más merece la pena es el desvío final que te lleva por unas trialeras gracias a la cual los cabezalocas pudimos descargar un poco de adrenalina, yeaaaaahhhh..